sábado, 22 de febrero de 2014

LAS RAMAS DE LA VIDA, ÓLEO...


"Ten fe en el propio esfuerzo y en la propia confianza. Con el poder de los pensamientos puedes determinar tu destino."
(Swami Sivananda)




   Óleo sobre lienzo realizado por Encarni Zulueta (2014).


   En esta ocasión la idea es la mezcla de sensaciones y la alusión a las  situaciones que se nos pueden presentar en la vida. La robustez y fuerza están proporcionadas por  las ramas, y como contrapunto, las hojas a punto de caer, que son las que ofrecen esa sensación de fragilidad y delicadeza, lo no perenne, una paradoja que se da en muchas situaciones.
   Hace también alusión al cambio.


"Las ramas de la vida". Óleo realizado por Encarni Zulueta.
DISPONIBLE


http://hoteldelaspinturas.blogspot.com.es/2013/09/paisaje-de-menagarai.html




   Una vez más aparece la sencillez, abrazada por esos tonos que nos ofrece la naturaleza en su época otoñal, colores que tan presentes están en los trabajos que realiza  Encarni Zulueta.

A mi, al observar esta imagen, me vienen a la mente escenas un tanto orientales, llenas de leyendas que nos hacen pensar.


Proceso de elaboración del cuadro realizado por Encarni "Las ramas de la vida".

http://hoteldelaspinturas.blogspot.com.es/2014/01/flores-en-blanco-y-negro.html




" LA LEYENDA DEL ÁRBOL SAGRADO"

   Cuenta la leyenda, que en Japón, cansados de estar ocultos y ser perseguidos por los humanos, los espíritus y los monstruos decidieron dejar de esconderse, causando destrucción y pánico. Para liberar a los humanos de ellos, sólo 4 bestias sagradas podían detenerlos. Cada uno de ellos protegía a los 4 puntos cardinales. El "Ave de Fuego" era el Norte, el "Zorro Blanco" el Sur, "El Dragón" el Este y el Oeste lo protegía el "Perro Sagrado". Los 4 lucharon ferozmente contra los malos espíritus, pero en la lucha, 3 de los guardianes fallecieron, sobreviviendo únicamente el guardián que custodiaba el Oeste, quién ante el temor de morir también y no poder dejar su legado, pidió ayuda a una joven para así continuar con su descendencia.



Mancha del cuadro "Las ramas de la vida" de Encarni Zulueta.

   La joven dubitativa, al fin aceptó engendrar un hijo, ya que con ello salvaría el mundo. Nació el niño, mitad humano mistad bestia (el equilibrio entre el bien y el mal), aunque a ella, consciente de lo que implicaba y suponía, no le importó. Junto a este niño nacieron 2 más (uno monstruo, que simbolizaba al mal) y otro humano (que simbolizaba al bien). Pero no todo fue tan bueno, ya que la gente de la aldea tenían miedo de ese ser mitad humano, mitad bestia. Años más tarde, la madre falleció, y esto dejó a el niño en una posición un tanto vulnerable respecto a la gente.


   Todo cambió cuando el hermano que simbolizaba al mal, decidió acabar con la vida de los otros dos. Tras matar al humano fue en busca de su hermano mitad humano mitad bestia, el cuál antes se había dirigido a la tumba de su padre y con ayuda de un colmillo de este fabricó una espada para poder protegerse.



Elaboración del tronco. Encarni Zulueta.


   Tras un duro enfrentamiento y quedando ambos gravemente heridos, la sorpresa fue cuando el híbrido (mitad humano, mitad bestia) se despertó convertido en humano. Fue una joven muchacha quién lo descubrió. Ambos se quedaron prendidos el uno del otro. Con el tiempo se casaron y el joven, para demostrarle su amor, llevó a la joven al bosque para mostrarle su forma real. La joven horrorizada, tomó una estaca y se la clavó al joven en el corazón, dejándolo muerto al instante, quedando sujeto su cuerpo a un roble. Tras darse cuenta de su error, ella misma se clavó la estaca, con la idea de reencarnarse algún día ambos para continuar con su amor y ser de nuevo felices.   Pero la joven no sabía que aquello nunca ocurriría, ya que el alma del joven permanecería unida a la del árbol. Aquel árbol recibiría el nombre de Goshimboku.



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